TACTO
Tú que gritas,
sigues sin darte cuenta de él,
de ese caparazón que recubre tu cuerpo,
que me impide contar los lunares de tus labios,
y escribir mi nombre sobre tu espalda.
sigues sin darte cuenta de él,
de ese caparazón que recubre tu cuerpo,
que me impide contar los lunares de tus labios,
y escribir mi nombre sobre tu espalda.
Tú que callas,
intentas palpar la realidad para reconocer su verdad,
ya que tus ojos no te permiten ver
que todo lo que ansiabas
lo tenías en tus manos.
intentas palpar la realidad para reconocer su verdad,
ya que tus ojos no te permiten ver
que todo lo que ansiabas
lo tenías en tus manos.
Y ahora a mí,
los otros cuatro sentidos se me han apagado.
Y se me ha olvidado sentir.
los otros cuatro sentidos se me han apagado.
Y se me ha olvidado sentir.